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2007/07/13

Enuresis: inconvenientes en el control del pipí

Si pensó que pronto se le solucionaría el problema de sábanas mojadas, pero su hijo, mayor de cinco años, sigue orinándose en la cama por lo menos una vez al mes, está frente al problema de la enuresis, un trastorno que no le permite retener la orina mientras está durmiendo.

Existen dos tipos de enuresis: primaria, cuando el niño jamás ha logrado el control, y puede deberse a inmadurez del Sistema Nervioso Central, alguna dificultad orgánica o por problemas psicológicos. Y enuresis secundaria cuando el niño se vuelve a orinar después de más de seis meses de continencia. Esta última se origina generalmente por problemas emocionales.

El factor hereditario es muy preponderante en esta enfermedad. Un niño cuyos padres fueron enuréticos, tendrá un 77% de posibilidad de desarrollar el problema. Esta cifra se reduce a un 45% cuando sólo uno de ellos se orinó cuando pequeño. Mientras que un 15% de probabilidad tiene un infante que no posee antecedentes familiares.

Los padres deben recordar que los niños no se orinan en la cama a propósito y que por lo general a ellos les da vergüenza cuando esto sucede. En lugar de hacer que el niño se sienta mal, deben transmitirle confianza e incentivarlo para que lo logre superar.

“Un deficiente manejo del problema puede provocar en el niño consecuencias de autoestima y adaptación social a futuro. Si es bien tratada, no tendría que tener una influencia negativa", dice la psiquiatra infantil, Soledad Díaz.

Causas
Hay una serie de trastornos que predisponen a que el niño sufra esta enfermedad:

- Problemas físiológicos: en muy pocos casos la enuresis está asociada a enfermedades físicas como una vejiga con capacidad funcional disminuida o musculatura débil. Asimismo, se puede deber a falta de maduración del Sistema Nervioso Central. También puede relacionarse a la hormona antidiurética , la que controla la eliminación de agua de los riñones durante la noche. El mal funcionamiento de ésta, provoca que se sobrepase la capacidad de la vejiga del niño cuando está durmiendo.

- El niño puede padecer un ciclo de sueño muy profundo, el que impide percibir el deseo de orinar.

- Problemas psicológicos y emocionales: Puede estar relacionado a sucesos que provocan tensión en distintas situaciones como por ejemplo el nacimiento de un nuevo hermano, la mudanza a una nueva casa, conflictos entre los padres, la muerte de algún familiar, presión escolar, o una relación demasiado estrecha entre madre e hijo.

- Haber iniciado tempranamente o en forma tardía el control de esfínteres

Recomendaciones para enfrentarla
- Acompañar al niño a orinar justo antes de irse a dormir.

- Implicarlo en la situación, con actos simples como por ejemplo, que ayude en la limpieza de la cama.

- Animarlo y darle esporádicamente un premio cuando no moje la cama. De esta forma, lo incentivará a que otras noches no se orine.

- Procurar no centrar la atención, cada mañana, en si está seco o mojado para no reforzar su tensión ni miedo.

- Nunca criticarlo, castigarlo ni burlarse de él, ya que puede incidir negativamente en su autoestima.

– La enuresis no se debe convertir en un impedimento de su vida normal. Incentíve a su hijo a participar en actividades sociales, como ir a alojar a la casa de un amigo, por ejemplo.

Tratamiento
El tratamiento depende principalmente de las causas que originan el problema.

Si existe debilidad muscular habrá que "entrenar" al niño o realizar un plan de trabajo para fortalecer la musculatura involucrada.

Cuando el pediatra descarta causas orgánicas, deberá decidir qué tratamiento seguirá el niño. “Por lo general el médico realiza un mini tratamiento psicológico, como por ejemplo un calendario con estímulos donde cada día deberá poner un sol o lluvia”, expresa la doctora Andrea Mena, pediatra de la Universidad de Chile.

Si este sistema no lo soluciona, se recurre a las alternativas farmacológicas. "Muchas veces se recomienda la imipramina, medicamento que produce mayor sensibilidad en el esfínter” dice la pediatra.

Si de esta manera no resuelve el problema, el niño debe ser derivado a una psicólogo infantil, quien realizará psicoterapia.

También se puede utilizar el pipí-stop, un dispositivo que al caer la primera gota de orina activa una alarma, despertando al niño, para que pueda ir al baño.

La enuresis se puede evolucionar positivamente después de un tiempo, pero si persiste la falta de control, o si esto le acarrea consecuencias negativas al niño, como problemas de autoestima u otros trastorno, se recomienda realizar un tratamiento con un especialista

Fuente: Padres OK

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